Reflexiones de crianza y educación conscientes: Comportamientos y regulación según la neurociencia

19.11.2024

Todo comportamiento, incluida la agresividad, es un intento de regulación del sistema nervioso. TODO. Por eso, la neurociencia nos invita a cambiar la mirada, a dejar de intentar modificar las conductas y los comportamientos para comprender cuál es la causa que los impulsa.

El comportamiento es sólo el síntoma de algo más profundo, el síntoma de necesidades que deben satisfacerse. Satisface la necesidad, y el comportamiento cambiará.


En Autismo, TDAH, Sensibilidad sensorial, trauma, altas capacidades, alta sensibilidad... o cualquier otra neurodivergencia, debemos entender cómo responde el sistema nervioso particular del niño ante el estrés; debemos aceptar sus maneras diferentes de regularse emocional y sensorialmente; debemos tener como objetivo apoyarles en la regulación del sistema nervioso (NO en cambiar sus comportamientos ni su forma de ser y estar en el mundo).

NO apuntemos a cambiar o adormecer los síntomas (comportamientos) de los niños, entendamos qué nos comunican con ellos y ayudémosles a regularse a través de nuestras relaciones nutritivas, la neuroeducación y el desarrollo de herramientas regulatorias adecuadas para sus necesidades particulares.

NO nos centremos tanto en las etiquetas, centrémonos en la regulación del sistema nervioso y en la presencia regulada y reguladora que ofrecemos a los niños. 

Cuando miramos los comportamientos desde una óptica regulatoria, dejamos de etiquetar, encasillar y juzgar a los niños y niñas, y somos capaces de conectar con nuestra empatía y ofrecerles compasión. 

Recontextualizar los comportamientos, te ayudará a ver a un niño o niña diferente, un niño que necesita apoyo para volver a sentirse bien.

¿Un niño agresivo y desafiante?
No, un niño atascado en un estado de hiperactivación de su sistema nervioso.

¿Un niño desmotivado y vago?
No, un niño atascado en un estado de hipoactivación de su sistema nervioso.

Ambos niños, independientemente de su comportamiento, carecen de las habilidades necesarias para regularse y permanecer regulados en determinados momentos porque su cuerpo y cerebro, tras percibir retos o amenazas en el entorno o en el interior de su cuerpo, ponen en marcha mecanismos defensivos para protegerle. La inmensa mayoría de los comportamientos no son intencionales, sino un reflejo de las luchas y retos interiores que está experimentando el niño en un determinado momento.

Por eso, es importante cambiar la mirada e integrar que todo comportamiento es un intento de regulación del sistema nervioso y nos ofrece una valiosa información sobre cómo se siente el niño y cuál son sus necesidades. Ya que cuando cambias la forma de ver a los niñ@s, vas a comenzar a ver niños diferentes que simplemente necesitan de tu ayuda para recuperar la conexión consigo mismos y volver a sentirse capaces y relajados en mente, cuerpo y corazón. Y con es simple cambio de mirada, tu intervención sensible y compasiva podrá marcar realmente la diferencia para muchos niños y niñas que lo hacen lo mejor que pueden en cada momento, pero que necesitan de tu guía para familiarizarse con su cuerpo, sistema nervioso y cerebro, y así poder conocerse mejor. 

Si quieres cambiar la mirada y entender qué están expresando los niños con su comportamiento, no te pierdas mi libro "Un Secreto Alucinante: Aprende a Escuchar a tu Cuerpo junto a Lukas y Fordy" (más info aquí). Un libro ilustrado basado en la Teoría Polivagal que nos explica, a grandes y pequeños, la conexión cuerpo-cerebro, los distintos estados del sistema nervioso según si nos sentimos seguros, en peligro o bajo amenaza y el impacto que estos estados en nuestra fisiología, emociones, comportamientos y percepciones del mundo y nuestras experiencias. Para que, entre todos, aprendamos a decodificar el significado que esconden los distintos comportamientos y a escuchar a nuestro cuerpo.